El día 18 de Marzo de 2015 la familia de Khaled había muerto en un atentando terrorista, y solo quedaba él de su familia.
Se quería cambiar de país para pasar como refugiado y ver si le podían ayudar, pero no le dejaban pasar la frontera al otro país. Seguir leyendo Cuento refugiados-Pablo A.
Hola, me llamo Mohamed, pero me podéis llamar Juan . Mi historia es real y cruel, perdí parte de mi familia por un conflicto entre países, me costó entrar en este país por algo llamado fronteras. he padecido hambre, sed y miedo. No se cual es mi tierra pero tampoco me importa saberlo , solo quiero estar en paz con lo que me queda de familia , que es mi madre. Yo no entiendo ni de fronteras , ni de tierras, ni de leyes , solo sé que soy un humano honrado al que este conflicto le ha alcanzado. Quiero trabajar, y vivir feliz , me da igual lo que ponga en mí, como decís aquí, DNI . Ahora he encontrado una buena tierra, donde, no les importa mi color, ni mi religión , ni mi DNI . Nos están ayudando a integrarnos, en este país nos dan apoyo. Mi madre tiene un trabajo, y vivimos en un piso con más refugiados . Esta ciudad, es preciosa, tiene los arboles en su sitio , las carreteras están bien asfaltadas, se vive en paz . Ojala no tengaís que vivir lo que mi madre y yo hemos vivido. Ningún ser humano debe ser castigado ni por su religión , ni por un trozo de tierra.
Ya hace mucho tiempo que pasó. Estaba en mi casa jugando con mi hermano al escondite. Mientras yo contaba escuché un ruido muy fuerte y me pregunté que podía haber sucedido. Cuando me asomé a la ventana vi allá a lo lejos a todas aquellas personas matando a gente sin ni siquiera conocerles. De repente, vi como por desgracia morían mis padres y enseguida me asusté. Cogí a mi hermano y nos escondimos debajo de la cama hasta que los terribles disparos pasaran. Cuando ya se acabó todo salimos fuera a la calle y vimos a todas aquellas personas muertas en el suelo desangrándose. Nosotros no sabíamos que hacer, estaba paralizado, pero mi hermano me dio una gran idea. Decidió que nos fuéramos a otro país donde tuviéramos alojamiento y una familia que nos cuidase. Lo malo de ir a otro país es que para ir hasta el barco donde recogían a los refugiados había que hacer mucho trayecto y nos estábamos acostumbrados a caminar largas distancias nosotros solos. Pasamos días y días caminando y estábamos muy cansados. Arrastrábamos los brazos y estábamos sedientos y mareados de tanto calor que hacía por el desierto. No sabíamos que hora era ni que día, pensando que estábamos perdidos pero me di cuenta de que había un barco parado en la orilla de la playa. Fuímos corriendo hasta allí y deferente nos salió una sonrisa a los dos en la cara. Nos colamos entre la gente y cuando estábamos dentro buscamos la cocina y cogimos algo para comer y beber. dormimos donde pudimos sin que nadie se enterara. Al cabo de unas horas notamos que el barco había parado en un puerto. Salímos del barco y nos dirigimos a la policia más cercana que encontramos. Le contamos toda nuestra historia y por suerte esos propios policias decidieron acogernos en su casa para criarnos con sus hijos. A partir de ese día tuvimos una infancia muy alegre y agradable.
Hola soy Mohamed, soy un niño pobre de Siria.
Aún recuerdo cuando era un poco más pequeño cuando estaba en mi país que fue bombardeado por Rusia, y mi familia murió tras explotar una bomba, y yo sobrevivi porque ese día había recibido un disparo horas antes del bombardeo y estaba siendo transportado al hospital para ser operado del hígado que era donde había recibido el disparo.
También recuerdo cuando estábamos apunto de cruzar la frontera y mi tío murió a causa de un virus que había cogido durante todo el trayecto, también mi primo se contagió de ese virus infeccioso que casi le causa la muerte. Gracias a un médico que había con nosotros, que teniá todos los aparatos necesarios para curar cualquier infección. Esos utensilios eran para su hijo, pero no tuvo la misma suerte que nosotros porque murió tras un disparo en el corazón.
Por suerte nosotros conseguimos cruzar al otro lado de la frontera,y asi por fiesta éstabamos libres de esa barbarie entre bombas, disparos, escombros, cuerpos…
Cuando por fin vimos aquella bandera turca ya sabíamos que era el fin de esa horrible etapa de mi vida , por culpa de muchos he perdido a mis padres y ahora me toca afrontar esta nueva vida en la que ya puedo vivir como una persona normal sin tener que ver esas horribles banderas del Isis, a salir todos los días a la calle con miedo de que en cualquier momento pueda morir .Ahora empieza la ruta de los refugiados de país en país viendo como de los muchos países europeos nos rechazan de sus países.
Ahora me doy cuenta de cómo pasaron las cosas, de todos esos miles de refugiados que se quedaron atrás, que no tuvieron la misma suerte que yo al poder estar aquí en Francia con una familia de acogida que para mí son como mi familia ya que gracias a ellos he podido salir de esos momentos tan horripilantes. Nunca se me va a olvidar todos esos amigos que siempre llevaré conmigo. Cada uno conocidos en cada campo de refugiados al cual tenía que ir y por supuesto a todas esas ONG que nos ayudaban dándonos comida, agua, ropa, etc.
Ahora que por fin tengo 18 años solo me centro en estudiar y trabajar para poder ayudar a todas esas personas que tienen que pasar todos los días por todo el proceso que pasé yo y a ayudarles igual que hicieron conmigo y por supuesto a decirles que no están solos y que tienen a todo el mundo en su ayuda.
Estoy aquí para contaros toda la mala suerte que he tenido en este mundo, un mundo bastante cruel, que mucho quiere pero poco da. Yo nací en Pakistán, un país no con muy buena fama, pero eso para mí es lo de menos, un 2 de julio de 2002 , o eso creo. Desde muy pequeño, cuando apenas empecé a entender lo que decían las personas que llevaban una especie de arma en la mano, cosa que sé solo sirve para matar, me ponían a trabajar y nada de jugar con esa cosa redonda que suelen jugar los niños de aquí , cuando tenía mis cuatro años que apenas eres un crío, me llevaban al campo a ayudar con lo que podía para que mi familia y yo pudiéramos sobrevivir. Pasaban los días , y mi familia y yo vivíamos en una casa abandonada que nos encontramos en un pueblo de allí de Pakistán. Era muy pequeña , solo tenía una habitación y en esa habitación dormíamos 7; mi madre, mi padre, mi hermana, mi abuela, mi abuelo y yo. dormíamos como podíamos yo y mi hermano en un colchón bastante pequeño pero no podíamos pedir mas, mis padres en el suelo con una manta y una almohada y mis abuelos dormían en otro colchón un poco más grande que el mío y el de mi hermano, pero porque ellos estaban bastantes enfermos y necesitaban descansar bien. Seguir leyendo Roxana y Sara- Refugiados
Era el dos de Enero, ocho días después de Navidad, Rusia atacó sin piedad a las pobres ciudades de Siria, provocaron una catástrofe, más de 1000 muertos. Por suerte, las ondas expansivas no llegaron a mi casa y no nos dimos cuenta de la tragedia que había sucedido hasta que nos informaron de lo que había pasado y que la próxima oleada puede llegar a arrasar toda nuestra ciudad. Mis dos hermanos, Ahmad, de 17 años y Khaled, de 15 años, no estaban en casa cuando nos informaron de aquella terrible tragedia. Dos días más tarde mis hermanos regresaron sanos y salvos, no era extraño que no volvieran antes, pues solían estar bastantes días fuera, pero esos dos días fueron muy intensos para madre porque, obviamente, estaba nerviosísima pues pensaba que habían muerto por aquel ataque de hace dos días. Cuando estábamos todos juntos, padre y madre decidieron huir de Siria. Era demasiado tarde, justo ese día atacaron y los daños fueron tan graves que destruyeron tres cuartos de la ciudad y por ende todos los medios de transporte que podríamos haber utilizado para salir de Siria. Nosotros y poco más de la mitad de la población que habitaba en la parte destruida de la ciudad sobrevivimos porque nos escondimos en el metro, bajo tierra, como habían tantas personas Khaled y padre murieron por los misiles. Nosotros conseguimos escapar y llegar a Europa pero sin Khaled y sin padre no iba a ser lo mismo.
Hola, somos Ainhoa y Aymara, hermanas de 14 años nacidas en Pakistán.
Pero ahora ya que nuestro país está en estas condiciones tan crueles, tanto como para hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos y de más. Hemos estado luchando durante muchísimo tiempo para conseguir salir de aquel terrible país.Y ahora que nos gustaría entrar y que nos acogieran en un país como España, con las condiciones que tiene, bastante más avanzadas, no nos tratan como personas que somos .Nos desprecian como si fuéramos de otro planeta distinto al suyo y no existiera el sentimiento entre nosotras, a su vez que esas personas tan supuestamente educadas y respetuosas no hacen lo que deberían hacer nosotras nos sentimos tristes, como si no fuésemos nada, nos sentimos fatal, no tenemos lugar dónde dormir, nos sentimos sucias y angustiadas. Seguir leyendo LOS REFUGIADOS / Ainhoa y Aymara.
En construcción 